Cada cliente es único, y como ser humano puede tener actitudes diferentes. Son muchos los factores que influyen en el servicio que le prestamos a un cliente, y uno de ellos, al cual es muy importante prestarle atención, es su estado de ánimo y su disposición al llegar con nosotros. A continuación te dejamos unos consejos para que te prepares para dar manejo a algunos de ello.
¿Cómo manejar los diferentes estados de ánimo de un cliente?
- Enojado: Cuando nos encontremos con un cliente enojado debemos primero que todo escucharlo con atención y entender la razón de su enojo, no se debe responder con ira o de una manera despectiva. Empatizar con él y hablarle desde hechos demostrables, buscar una solución adecuada para su problema y hacerle seguimiento después de la visita, este paso es crucial para quedar con una buena imagen ante el usuario.
- Feliz: Podemos creer que este cliente no necesita manejo, pero es aquí cuando más racionales y receptivos para escuchar lo que el asesor tiene para decir, en esta oportunidad podemos ofrecer nuevas ofertas, un poco más arriesgados, ya sea producto o servicio es más alta la probabilidad de que compre; además ofrecer un excelente servicio ya que cuando estamos felices tenemos mejor recordación.
- Ansioso: Con ellos se deben tener especial cuidado ya que perciben todo como amenazador, cuidar nuestro tono de voz será fundamental para no tener inconvenientes, ser pacientes cuando expresen sus miedos y aclararlo de una manera fácil de entender, ve a lo seguro, no es el momento de tomar decisiones arriesgadas.
- Exigente: Se debe actuar con mayor profesionalismo y que el servicio sea impecable en cuestión de atención y oportunidad, ser muy sincero y evitar omitir la letra pequeña. Este tipo de clientes exige saberlo todo, es por esto que si puedes prepararte antes de su llegada con toda la información pertinente hará un plus en la experiencia.
